2 de agosto de 2012

Ojalá pudieras verte como te veo,
como una estatua de sal en la lluvia,
un lobezno ante la luna menguante.
Ojalá nos sorprendiera la muerte
bailando por la noche en el desierto,
para ya nunca acabar de contar;
y que el pasado cambiara o me redimiera,
y volviéramos a llorar con los ojos
de los niños y de los que no saben.

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