9 de noviembre de 2013

Literatura,
ríe, payaso de rostro severo,
hormiguero en el hueso y en el cayo
de cadáveres que comen perdices.
Tura de turas,
tuera-es-tu-voz-para-mi-oído-tuera,
dime cuál es el nombre de este tallo
que arranqué de cuajo de sus raíces,
luz calcinada,
lluvia sobre un pedregal en barbecho,
vagones dormitando en el relámpago
que huye alucinado hacia el vacío.
Ríe, calavera,
ríe de las naves que arden en vano
y estallan en espejos de mercurio,
del vuelo-garabato de una mosca,
del temblor febril,
de mi lengua tan muda en su garganta,
tan urgente que se ahoga en un grito
y que reniega del verbo y del ser
y de sí misma;
que si te vas aún me quedará el miedo,
la traición consumada en arrabales
y luces de tráfico en expansión,
suelta de globos,
nada sin un cero que nos circunde,
las orillas con imposible apnea
y con el vértigo,
con las noches con huellas en la arena,
con dolor y con sangre en los andenes
y portales porque ya no hay más tiempo
y hay que huir
y hay que dejarlo todo diariamente,
incendiarse y enfermar y matar,
enloquecer de ausencia y de veneno.
Literatura,
tuera-es-tu-voz-para-mi-oído-tuera,
dime quién es este árbol cobarde,
sin aliento, "talado que retoño",
en tu nombre se ha arrancado la  vida.

26 de octubre de 2013

No hará falta jugar al descanso
con el tejo caído de los techos de pizarra,
cuando 'round midnight por carrer de París,
quieras despertar o dormir,
quieras emerger a donde el piolín
de El supremo-granhermano-títere
no te agarra los tobillos,
y un espejo de latón de Bjerkely
nos guiña los ojos,
te reconozco y me reconoces,
y vas esparciendo las máscaras
por el cielorraso de esta noche nublada.
En este despertar,
este teatro de sombras
donde Barcelona es el arco de un violín
que sostiene la nota más última,
o el silbido del tren que ha de matarte,
muñeca rota, muñeca rusa,
vas calle arriba con un revoltijo de hojarasca
que parece batir a contramano,
que te lleva en volandas
a donde no te alcanzo porque no puedo,
porque soy la tierra que piso bajo la tierra misma
y porque si te alcanzara no te querría
o no de esta manera,
no con en la garganta un desierto,
no con en mi pensamiento los gritos,
y no con el verbo que me subyuga y me pierde
y rompe la ciudad y mi vigilia por fin en mil pedazos.

24 de octubre de 2013

Talita se corrió un poco en la cama y se apoyó contra Traveler. Sabía que estaba otra vez de su lado, que no se había ahogado, que él la estaba sosteniendo a flor de agua y que en el fondo era una lástima, una maravillosa lástima. Los dos lo sintieron en el mismo instante, y resbalaron el uno hacia el otro como para caer en ellos mismos, en la tierra común donde las palabras y las caricias y las bocas los envolvían como la circunferencia al círculo, esas metáforas tranquilizadoras, esa vieja tristeza satisfecha de volver a ser el de siempre, de continuar, de mantenerse a flote contra viento y marea, contra el llamado y la caída.

13 de octubre de 2013

Un cementerio, donde a veces
un pájaro grazna en el recuerdo
delirante de un indigente negro,
bien podría ser un principio,
un centro.
Entonces bastará una camiseta raída
que haga las veces de metáfora
o de paño de cocina
para darle el relieve que le falta
a la reina de baraja;
y que además este naipe culmine el castillo,
que sea la última teja de la torre,
cerca del cielo pero sin el cielo.
Es aquí donde me tienes, donde me tenés,
apenas atado a un reducto de mí mismo,
un ectoplasma de posibilidades abortadas
y universos de duermevela,
paralelepídedo de cristal
que habita un fuego fosilizado.
Justamente atado,
porque reincido,
porque yo, porque tercamente yo, jo,
jo em dic,
así me reafirmo y así me engaño,
posado en el fiel de una la balanza al uso
(pero sólo un pájaro podría posarse),
contengo el aliento,
a veces como a punto de dar el salto,
con en un brazo la cuerda bien tensa
y por otro brazo un ala desplegada.

6 de mayo de 2013

La nada particular que hay entre nosotros
todo tiene inaprensible,
cómo podría decirlo,
cómo hablar de un cuento de infinitesimales
en donde Aquiles no alcanza,
de este grave cero que me habita y conmueve,
un vasto cero indecible,
un silencio súbito de ojo de huracán,
y como de orillas con imposible apnea
donde llegaren pájaros para quedarse.
Que este silencio no es el grito de un cadáver,
que es un silencio solo de alas detenidas,
de luz naranja en el eterno amanecer
que baña a los seres de pequeños planetas
y a nosotros sólo en horas intempestivas;
silencio que late en los tiempos y compases,
que es el que guardan los retratos de los ruidos,
y hasta los versos escritos,
y la palabra que se ahoga en las miradas
que nada dicen, o nada particular,
sólo un exceso de 21 gramos de nada,
nada que media en esa infinita distancia
entre nosotros y tú y yo,
entre tú y yo y las mitades,
y lo que es amor y la suma de sus partes.

6 de abril de 2013

Tan sólo hay nebulosas donde entrevernos,
y andamos dejando huellas en la nieve.
Las orugas sueñan con poder volar,
se han pasado la primavera durmiendo,
y aún parece que huele a tierra mojada.
El poso de un café nos promete sexo
con una torcida y oscura sonrisa,
con pupilas blancas y llenas de hormigas.
Muertos de sed de veneno de amapola,
ya no hay tiempo que invertir, él no se invierte,
la vida es más un poema que un martillo,
la luz que entorna los bordes de una puerta,
entreabierta pero a punto de cerrarse.

30 de marzo de 2013

Si tuviera un lugar al que volver,
una patria que no fuese el pasado,
si tuviese algo eterno,
lo llevaría conmigo o me quedaría.
Pero no por detenerme
pondré freno a esta rueca,
y quizá me traigan felicidades
otras versiones de mi propio rostro,
acaso me guiñe los ojos la fría marea
y esta cáscara de nuez me lleve a puerto,
acaso me acompañéis con la mirada,
y con un rezo callado confiéis.
Quizá me reafirme cuando me eleve
sobre las nubes, aterrorizado,
radicalmente vivo
y lleno de renuncias.
Que por primera vez se me antoja posible
dejar de existir de prestado,
y que una reservada belleza me aguarde
en la luz más última de una nebulosa.
Quizá me acompañen vuestras señas
cuando vaya a la deriva en el vasto universo,
tal vez el recuerdo sea mi aliento,
allá donde mi vista se pierde,
donde vuelvo a ser algo más que yo mismo,
y vuelvo a ser el aprendiz del viento.

26 de marzo de 2013

03:00 a.m.

Toda la vida se ha hecho para esta sola madrugada,
y pretender amarrar este instante,
este irrepetible instante, tan imposible,
será como nadar hacia un puerto esquivo donde ya no hay muerte,
sino tú, sino yo,
como estatuas rescatadas de la guerra,
fotografías volando a la par sobre los giros del mundo,
tan empeñado en sus días y sus noches;
Pero y si sólo esta vez...
y si mañana no hubiera,
y si nadie nos esperase en el sur de nuestros padres,
yo ya no sería lo que tercamente soy,
sólo respirando agotaríamos la duda que nos separa,
para que sólo nos quedara la hipnosis,
y tus pupilas como la luz de un túnel,
y que entonces fuese verdad:
que toda la vida se ha hecho para esta sola madrugada.

7 de marzo de 2013

Así como los laicistas propugnan que el Estado no ha de tener religión alguna —porque no debe tenerla—, nosotros defendemos fervientemente que el Estado no ha de tener estética. Nosotros afirmamos que la estética, como la religión y el sexo, pertenece a la esfera privada; no creemos en los himnos, ni en las banderas, ni en los uniformes, ni en los cánticos regionales, ni en poetas ni pintores oficiales. Los himnos oficiales son una mierda horrenda, no por himnos, sino por oficiales. El himno no es de un país, el himno es de su autor. Si quieres destruir una obra de arte, encadénala a un Estado y dejará de ser un fin en sí mismo para convertirse en un mero ornamento, un mero instrumento de sus intereses. Admitimos a los países y regiones pero en modo alguno admitimos las patrias. La nación tiene un nombre, pero no tiene identidad; el Estado ha de garantizar nuestro derecho a la Belleza, pero nunca se hará dueño de una belleza en particular. Los estados no crean nada, sólo el individuo puede manejar los resortes del arte, sólo al individuo le pertenece la libertad para crear.
            Nosotros creemos en un arte que no sirva para nada ni sea utilizado como medio para ninguna causa, buena o mala, nosotros condenamos al arte como moneda de intercambio o como estandarte del imaginario colectivo. Tampoco ha de ser usado el arte como medio de propaganda política ni como forma de difusión de ideas que no son arte en sí mismas.

1 de marzo de 2013

vigilia

Tengo El Anticristo en mis manos mientras duermes,
cuando toda la luz de esta estancia insolente
la exhalas a tiempo en un ritmo quebrado,
cálido, plácido.
Y al margen vas tejiendo con la bruma,
ausente
de todo cuanto veo y escribo o lamento:
este hambre feroz,
este humo en la ropa,
la risa amarga que me despide,
el terco desorden,
y nuestra voz muda o agotada
de no hallar rastro de un huidizo infinito,
y este cuadro que nos inmortaliza
minuto a minuto, pero sin tiempo.
Tengo tu boca en mis ojos mientras duermes,
cuando se abren los tuyos sin buscarme,
escapando hacia mañana como una promesa espuria.
Y al margen me tienes perdido en un lugar de esta estancia,
ausente
de todo cuanto sientes y sueñas o lamentas,
este frío extranjero,
la duda, la noche enmarañada,
este súbito retratista,
y este yugo que nos eterniza
minuto a minuto, pero sin hablarnos.

19 de febrero de 2013

Era la vida o la enfermedad, una de dos,
volviendo para estallar en mi costado.
Pero no te vi entonces,
vi las manos de un enemigo entre las mías,
cuando por un instante fue siempre hermano mío.
Y vi que los viejos árboles me cubrían
en la tormenta otra vez,
como a un niño con fiebre.
Pero no te vi entonces,
sólo te escuché después,
cuando de ti y de mí
ya no quedaba rastro.