26 de octubre de 2013

No hará falta jugar al descanso
con el tejo caído de los techos de pizarra,
cuando 'round midnight por carrer de París,
quieras despertar o dormir,
quieras emerger a donde el piolín
de El supremo-granhermano-títere
no te agarra los tobillos,
y un espejo de latón de Bjerkely
nos guiña los ojos,
te reconozco y me reconoces,
y vas esparciendo las máscaras
por el cielorraso de esta noche nublada.
En este despertar,
este teatro de sombras
donde Barcelona es el arco de un violín
que sostiene la nota más última,
o el silbido del tren que ha de matarte,
muñeca rota, muñeca rusa,
vas calle arriba con un revoltijo de hojarasca
que parece batir a contramano,
que te lleva en volandas
a donde no te alcanzo porque no puedo,
porque soy la tierra que piso bajo la tierra misma
y porque si te alcanzara no te querría
o no de esta manera,
no con en la garganta un desierto,
no con en mi pensamiento los gritos,
y no con el verbo que me subyuga y me pierde
y rompe la ciudad y mi vigilia por fin en mil pedazos.

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