8 de febrero de 2012

Hoy al tiempo lo recibo en mi casa,
como al hijo pródigo que regresa
para traer su mentira inconfesa,
su bello antifaz de sonrisa falsa.

Mañana una promesa es desengaño,
y al ayer nunca debieras volver;
no hay jueces que nos puedan absolver
de hacer a la vida esperar un año,

ni cuerpo ha nacido aún que lo aguante,
ni arderá la juventud en tal día.
Tú estás donde será, yo donde era antes,

vivimos en la misma fantasía.
Busco detrás y tú buscas delante,
a la larga tu rostro encontraría.

3 comentarios:

  1. ¡Joder, colega, qué manera de domar palabras! Muy wasto, porra.

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    1. Si fuera una tía estaría chorreando!! Ahora en serio, precioso, tío

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